BIODIVERSIDAD
28.08.2014 15:30
EL ROBLE (Quercus Humboldtii Bonpland)
Nota: En la Básica Primaria se estudiaron los símbolos patrios del departamento de Boyacá y en lo relacionado con la bandera se precisó la hoja de roble.
Características generales El roble es un árbol nativo de América tropical, el cual solo se conoce en las montañas de Colombia y Panamá. Son arboles corpulentos que pueden llegar a medir 35 metros de altura y tener diámetros mayor a un metro; su fruto es una cápsula de forma redondeada llamada bellota. Se trata de un fruto seco, sostenido en su base por una especie de copa escamosa, y que guarda en su interior una única semilla. Las bellotas de Quercus humboldtii son uno de los alimentos más buscados por la fauna salvaje en los bosques donde crece este árbol, siendo consumidos por palomas, pájaros carpinteros, ardillas, venados, carmos o ñeques, borugos y guaguas lobas.
Es una especie de rápido crecimiento generalmente ubicado en los filos de las montañas y formando bosques monoespecificos de muchas hectáreas; se reconoce fácilmente por el color oscuro de su follaje. Su madera es dura y pesada, resistente a la pudrición en contacto con el suelo. Su propagación se hace por estacas o semillas. Crecen en diferentes tipos de suelos, pero prosperan mejor en suelos poco profundos, es apreciado por la alta calidad de su madera y por sus servicios ambientales.
Crece formando asociaciones bastante homogéneas, conocidas como robledales en varias zonas del país, se distribuye desde los 1.500 metros hasta altitudes de 3.000 m. s. n. m.
Es una especie típica del bosque heliófito que se encuentra asociado especialmente a especies localizadas en las formaciones de bosque muy húmedo montano bajo (bmh - MB), bosque húmedo montano bajo (bh – MB) y bosque húmedo montano (bh - M).
En Colombia el roble se encuentra en las tres cordilleras Central, Occidental y Oriental, en los departamentos de: Nariño, Boyacá, Huila, Santanderes, Antioquia, Caldas, Cauca, Caquetá, Cundinamarca, Risaralda y Tolima. Son significativos los robledales del altiplano Cundiboyacense.
El roble en Boyacá En el departamento de Boyacá, los bosques de robles se extienden en más de 20 municipios, distribuyéndose entre los 2.000 y 3.400 m.s.n.m.
Forman una franja claramente definida entre el bosque subandino y el Subpáramo; esta franja se establece dentro de la subregión Guantiva-la Rusia-Iguaque, e inicia en los municipios de Gachantivá, Arcabuco y Moniquirá, extendiéndose hacia el nororiente, hasta Soatá y Tipacoque, conformando coberturas en algunos municipios de las provincias de Ricaurte, Centro, Tundama y Norte, conjuntamente en áreas colindantes con el departamento de Santander.
Se encuentra igualmente en la Provincia de Occidente en los municipios de: Caldas, Maripi, Chiquinquirá, Saboyá y Ráquira. En la Provincia de Ricaurte (alto) en los municipios de Tinjacá, Sutamarchán y Santa Sofía.
En el corredor biológico se conservan diferentes aéreas protectoras, como son los Parques Nacionales o Santuarios de Flora y Fauna de Iguaque, Guanentá, Alto río Fonce, y Reservas Naturales como el Robledal, El Peligro, Ranchería, Andalucía, Tipacoque y una serie de reservas naturales de la sociedad civil.
El Roble simboliza la estirpe, carácter y pujanza de la raza boyacense, que “es fuerte como un roble”.
Estado actual A pesar de ser una especie de amplia distribución, muy abundante y conformar grandes bosques, la mayoría de las Corporaciones Autónomas Regionales del país la reportan como una especie con un grado avanzado de amenaza debido a la extracción maderera. De acuerdo con las Corporaciones, casi el 42% de sus poblaciones han sufrido un intenso proceso de disminución, por lo cual el roble entra a la categoría de vulnerable.
Este árbol le ha servido a la humanidad y ha sido explotado sin control alguno. En Boyacá el uso va desde la construcción de vías, puentes, pueblos y hasta ciudades; jugando un papel importante en la minería de Paz de Rio, así como en la fabricación de polines para los ferrocarriles nacionales.
En el país, han existido vedas para toda clase de uso o aprovechamiento de las poblaciones silvestres del roble, todo con miras a proteger esta especie nativa, del uso indiscriminado sin adecuados planes de manejo.
Biodiversidad e interacciones - Fauna y flora de los robledales Los bosques dominados por Quercus humboldtii albergan una gran diversidad de especies de animales, plantas, hongos, líquenes y otros organismos.
La diversidad de nichos que ofrecen el follaje, las ramas, el tronco y las grietas en la corteza, además de los jardines de plantas epífitas, hacen que cada árbol pueda ser el hogar de una gran variedad de insectos, arañas y otros invertebrados. Las orugas de algunas mariposas nocturnas (por ejemplo, especies de Geometridae) devoran el follaje, las arañas cuelgan en la noche bajo las hojas del roble, el tronco es sitio de paso para escarabajos y hormigas que suben y bajan por el árbol. Esta gran diversidad de invertebrados redunda en una gran riqueza de aves en los bosques dominados por robles.
Numerosos trepatroncos y pájaros carpinteros buscan pequeños animales en la corteza; reinitas, vireos y atrapamoscas revolotean en el follaje capturando los insectos que hay en él. De esta manera, los bosques de robles se convierten en auténticos depósitos de diversidad en los bosques de las montañas andinas. Los robledales albergan una fauna muy valiosa: Aves de diversas especies, mamíferos como ardillas, osos perezosos y muchos insectos, buena parte de la fauna andina encuentra refugio en el robledal.
Se encuentra también gran diversidad de flores: más de 207 especies de dicotiledóneas, 22 especies de monocotiledóneas, 59 clases de helechos, 140 clases de musgos, 3 tipos de «cola de caballo» y más de 37 tipos de líquenes.
En los robledales algunas familias botánicas se destacan por su abundancia de especies, entre ellas se encuentran la familia de las lauráceas (aguacatillos y similares) y las aráceas (cartuchos y anturios) ocupando los primeros lugares; también sobresalen las solanáceas (tomates y tomatillos), las rubiáceas (cafetos), las piperáceas (cordoncillos) y las melastomatáceas (tunos).